El colegio San Andres de Zaragoza

Hoy cuento mis experiencias vividas en este estupendo colegio abandonado en Zaragoza :)

El Colegio San Andrés, ubicado en el barrio Miralbueno (Zaragoza-España)

MIS ANÉCDOTAS SON LAS SIGUIENTES:

Un día estaba en el recreo de mi instituto y unas amigas hablaron de aquel lugar. Me dijeron que era un colegio abandonado que llevaba un año abandonado. Yo escuchaba atentamente, entonces les pregunte que donde estaba y me dijeron que en Miralbueno.

Les pregunte si me querían acompañar. Pero me dijeron que no podían. Al final hablando con una chica del grupo se ofreció a venir conmigo a explorarlo.

Un viernes de Marzo llegamos a la entrada principal, desde allí veíamos ante nosotras
un gran edificio con puertas y ventanas selladas con ladrillos de hormigón. Estuvimos buscando la entrada. A los 10 minutos vimos que por la parte de atrás había un pequeño agujero en la pared por donde podríamos acceder al edificio.

Al entrar rápidamente encendimos las linternas. Estaba todo oscuro y fuimos accediendo al parvulario. La zona del parvulario estaba comunicando a la sala del director. En esa zona empecé a gravar con la grabadora que llevaba en la mano todo lo que allí ocurría.

Entramos al despacho del director. En esa escena se gravo "volved a entrar con compañía".
Íbamos a acceder hacia el parvulario y en el piso de arriba (había unas aulas) escuchamos como si una mujer estuviera andando por encima nuestro con tacones, al principio no le dimos importancia pero lo volvimos a oír. A los 30 segundos posteriores de esos tacones escuchamos como si vinieran corriendo un montón de personas y salimos de allí a más no poder. Resultó ser que lo último que habíamos sentido. Eran personas de carne y hueso porque, al estar en la salida, empezaron a salir chicas que también estaban allí.

Les pregunte que porque habían corrido y me dijeron que habían escuchado unos tacones de una mujer como si bajaran unas escaleras encima de ellas. Les dije que también lo habíamos notado nosotras. Comprobé que ninguna de ellas tuviera tacones y vi que ninguna lo llevaba.
Entramos de nuevo esta vez todas juntas pero no recuerdo que pasara nada más.

Días posteriores volvimos a ir todos juntos. Recuerdo un día donde estábamos todas en el auditorio haciendo el loco y dos chicas se fueron a dar una vuelta solas subieron a la segunda planta y vieron un hombre con chaqueta y sombrero entrar en un aula. Estaban asustadas y empezaron a chillar. Otra de mis amigas fue a ver qué pasaba y decidieron entrar las tres juntas a la supuesta aula poseída. Allí no había nadie. Salieron, miraron de nuevo desde la entrada y vieron como si hubiera una punta de zapato que se ocultaba detrás de la puerta
pero luego de escasos segundos ya no estaba.

Otra de las anécdotas fue un día en que estamos en los laboratorios y enfocaron al final y vieron a una niña de unos 8 años asomándose a una puerta y mirándonos fijamente. Allí grave una de las psicofonías. Creo que esa niña nos seguía cada vez que entrabamos porque la vimos en varias ocasiones.

Una de mis amigas era aficionada a coger todas las llaves que encontraba en el colegio. Una de ellas ponía capilla y estábamos obsesionadas con esa llave ya que nunca habíamos encontrado la capilla. Un día una de mis amigas estaba en su casa y solía guardar las llaves en un recipiente todas juntas y cogió las de la capilla y las dejo encima de la mesa. Luego se cayeron al suelo, y en ese momento no le apeteció cogerlas y fue un momento al baño y a su regreso se puso a buscarlas por el suelo y no estaban. Preguntó a su madre si las había cogido
y ella contesto que no. Las llaves desparecieron un tiempo.

Un día fui yo y le dije “a ver, las llaves”. Me puse a buscar las de la capilla y no estaban. Pasaron unos meses ya nos habíamos dado por vencidas, cuando una amiga abrió la caja de las llaves y la encontró. Estaba la primera con el nombre hacia arriba. Yo les prometí que las había buscado y que no estaban. La busqué bien pero esa llave allí no estaba, pero no sé cómo había vuelto a la caja.

Otro día estando en el colegio una amiga nos comento que había un grupo de policías en la puerta. Miramos y era verdad. Salimos corriendo y yo era la primera de todas y recuerdo que mientras corría miraba hacia atrás y en un momento vi a una niña que vestía una ropa muy blanca como antigua y tenía un pelo liso, muy oscuro, me estaba mirando y fue
unas decimas de segundo, entonces frené, di dos pasos atrás y esa niña ya no estaba.

Una vez entre con un grupo de chicas, una de ellas es una chica que dice ver fantasmas. Recuerdo que era un día lluvioso cuando entramos y llegamos al patio que comunica la casa del conserje con el auditorio. Se puso a mirar hacia todos los lados y nos dijo que los niños que habían en ese colegio nos estaban rodeando por todos los lados. Nos dijo que nos fuéramos de allí porque algo malo iba a pasar. Nos fuimos porque a la chica le iba a dar algo.

Recuerdo que un día después era lunes y estábamos en la hora del recreo. Eran las 12 de la mañana y estaba conmigo la chica que había venido el día anterior al colegio y la otra que no venía a nuestro colegio, sino a uno que hay por el centro. Entonces estábamos con un grupo de chicas y las dos al mismo tiempo empezamos a taparnos los oídos. Era como si en nuestras cabezas tuviéramos el pitido de una ambulancia. Fue horrible, era un pitido que me iba a hacer estallar la cabeza. A los pocos segundos paso y le pregunte a las demás chicas si lo habían oído
y me dijeron que qué tenían que haber oído y les dije que el pitido y me dijeron que no habían escuchado nada. Miré a mi amiga y me dijo que sí, que ella sí lo había escuchado. Llamamos rápidamente a la otra chica por teléfono y nos conto que acababa de escuchar un pitido horroroso. Le dijimos que nosotras también pero que no sabíamos que era, si era algo malo o no y nos dijo que no nos preocupáramos, que no era nada. A eso de las 15 horas ellas dos lo volvieron a escuchar. Y sobre las 19 horas la otra chica lo volvió a escuchar. Era como si cada vez que pasara un rato una de nosotras lo dejara de escuchar para siempre. Allí quedo la cosa, nadie más lo volvió a escuchar al día siguiente.

Y la ultima anécdota que recuerdo es la más alucinante por eso te la he dejado para el final :)

Una tarde estábamos en el San Andrés, por la entrada de atrás y vimos a un hombre sentado en unos bancos que hay enfrente de una fuente (la foto de la fuente que sale un pez) y dijimos “bueno como no hay nada que hacer vamos a darle conversación al hombre”. Nos acercamos y lo saludamos:
“- ¡hola que tal!, lo que siempre se pregunta jajaja
Empezamos a hablar y el hombre nos dijo “tu Bea eres el centro de atención, eres divertida”. Le dije: ¿y eso porque lo dices? Y me dijo que era porque yo no me había sentado. A otra amiga le dijo que era una rata de biblioteca. Que era muy inteligente pero que no lo demostraba así con unas cuantas del grupo. Luego nos pregunto si creíamos en los genios
y le dijimos que no. Nos dijo que teníamos que creer en ellos porque realmente existían. Nos dijo también que teníamos que creer en los fantasmas, también nos dijo que por las noches, antes de irnos a dormir, miráramos al techo y pidiéramos un deseo, que los duendes nos lo cumplirían .... A esas alturas yo pensé que ese tío estaba loco.

Recuerdo que estaba con una botella de cerveza y nos dijo que no nos había ofrecido porque todas éramos menores (yo normalmente aparento mas) y le dije que yo era mayor de edad, me dijo que no, que él sabía que no. Yo estaba alucinada.

Recuerdo que, como llevábamos tiempo hablando con él, le dije como nos llamábamos, porque así nos podía llamar por nuestro nombre. Me dijo que era malo dar los nombres a los desconocidos. Yo estaba alucinada, parecía que ese hombre no era de este planeta, era muy raro en ese momento me senté a su lado y le pregunte como se llamaba y me dijo:

-¡a mí me llaman melancólico!

-y le dije: ¿vienes mucho por aquí?

-y me dijo: “siempre que puedo y estoy con la soledad”

En ese momento mis amigas me decían con gestos que lo tocara porque parecía que no era de este mundo. Ese hombre era super extraño. Pero yo no me atrevía ¿y si el hombre se ofendía
o pasaba algo que me hubiera asustado…? En ese momento ya nos despedimos y el hombre se quedo solo en el banco. Nos distanciamos un poco mas de 40 metros, giramos para despedirnos una vez y ya no estaba. Nos miramos mis amigas y yo y nos fuimos a ver si se había levantado y aun estaba cerca. Nos separamos. Dos nos quedamos mirando donde habíamos estado porque el hombre había estado fumando un cigarro y tiro la colilla al suelo
pero no estaba ni la colilla ni la botella de cerveza. Otras amigas mías se fueron hacia la derecha y otras hacia adelante porque la salida del colegio tiene dos: una que da a un campo de trigo y la otra que da a la carretera en dirección al barrio. Comprobamos que no estaba y que tampoco le habría dado tiempo a salir corriendo porque entonces le hubiéramos visto
y no fue así, el hombre había desaparecido por arte de magia.

Tengo que decir que yo no creo mucho en fantasmas, pero desde aquel momento con lo del
hombre, empecé a creer porque era alucinante. Éramos 10 chicas y las 10 vimos lo que vimos y hablamos y coincidimos en todo lo que habíamos hablado con aquel misterioso hombre.

Desde entonces el San Andrés se convirtió en nuestro refugio. Íbamos y nos lo pasábamos bien, era todo genial, no teníamos miedo a nada hasta que vinieron vándalos y lo destrozaron
todo. Yo fui durante 3 años seguidos allí. Conocí a las que son mis amigas de ahora. Allí descubrí que después de la vida siempre hay algo más y descubrí que el Colegio San Andrés fue mi segunda casa hasta el día que llegaron y empezaron a destruirlo. Qué pena, allí se me fue una gran parte de mi vida, ya que allí pase mis 3 mejores años donde hacíamos botellones, cumpleaños, visitas.... fueron tantos momentos, tantas anécdotas que lo echare de menos :)

FIN

Por: Beatriz Ortiz Hernández

Redactado por: Estebán :) te quero mi niñoo